Un día como hoy, en 240 nació la reina Zenobia de Palmira
La reina puso en jaque la soberanía de Roma y conquistó Egipto
@Karla Ayala
Un día como hoy, en 240 nació Zenobia, la reina de Palmira que puso en jaque durante largo tiempo la soberanía de Roma sobre Oriente y conquistó Egipto.
Dicen que era de una belleza rara, de piel morena, ojos penetrantes y una inteligencia sin igual, capaz de entenderse con filósofos griegos, juristas en latín y antiguos sacerdotes en sirio y egipcio por su habilidad de hablar distintos idiomas.
La ciudad de Zenobia, en el centro de la actual Siria, se alzaba en una encrucijada entre Occidente y Oriente, entre el mundo mediterráneo regido por Roma y los grandes imperios asiáticos. Incorporada a Roma a mediados del siglo I d.C., Palmira se convirtió en una floreciente ciudad enriquecida enormemente gracias al comercio que discurría por el Próximo Oriente.
La «perla del desierto», como se la conocía, era punto neurálgico y parada obligada en la ruta de las caravanas que atravesaba los yermos
Zenobia supo aprovechar el momento de debilidad que atravesaba el Imperio romano, sometido a fuertes tensiones territoriales, desde la lejana Hispania hasta el Éufrates. La orgullosa reina se permitió despreciar a Galieno y a sus generales, cuyos ejércitos rechazó con contundencia. Y el siguiente emperador romano, Claudio II Gótico, empeñado en una guerra sin cuartel contra los godos y los alamanes que presionaban las fronteras septentrionales del Imperio, no tuvo más remedio que reconocer la soberanía de Zenobia de Palmira.
Sin embargo, ésta pronto debería hacer frente a un adversario más temible que los anteriores: Aureliano, un curtido general al que sus legiones del alto Danubio proclamaron emperador en el año 270.
Gobernó Egipto hasta el año 272, cuando fue derrotada y enviada como rehén a Roma por el emperador Aureliano. A partir de este momento, el destino de Zenobia parece confuso. Existen múltiples teorías desde que una enfermedad acabó con la vida de Zenobia, hasta que fue una huelga de hambre o una ejecución por decapitación la causa de su muerte.
