Odio a la maternidad
Diario de una mamá milennial
El otro día escuché una frase que me dejó pensando. “Amo ser mamá, pero odio la maternidad”. Cómo ha resonado esa frase en mi cabeza. Y sí, tiene razón.
Claro que nos encanta esta parte de abrazar con el cuerpo y con el alma a nuestros bebés, de alimentarles, de besarles y recibir sus sonrisas, de cuidarles, jugar y descubrir cada día un nuevo aprendizaje.
Pero que, difícil es partirte en mil para cumplir con todas las expectativas que nos impone la sociedad para ser las madres perfectas, las abnegadas que sacrifican todo por sus hijas, hijos y sus familias.
Este sacrificio involucra cocinar, limpiar, lavar, acomodar y volver a acomodar y mantener en orden nuestro hogar y nuestras vidas, relaciones y trabajo.
Esto lo que se espera de nosotras, y es muy criticado cuando decimos que estamos cansadas, que queremos tiempo para nosotras, que deseamos salir en pareja, disfrutar de un baño en soledad o reconocer que a veces no podemos con todo y que necesitamos ayuda.
Por esta y más razones yo amo ser mamá, pero odio la maternidad.
Nos leemos la siguiente semana…