Martes de Carnaval: origen y significado del Torito de Petate
Las comunidades más populares organizan la construcción, elaboración y montaje de la danza y del Torito de Petate
@Fonema / Redacción
Existen diferentes teorías sobre el origen y el significado de los toritos de petate, siendo motivo de diversos estudios, en Michoacán se dice que los toritos de petate fueron representaciones traídas por la población africana que llegó en la época de la Colonia y que la religión católica utilizó para la evangelización de los pobladores originarios de México.
También se ha dicho que la danza en el Carnaval surge como una sátira hacia los españoles, porque en las corridas de toros los pobladores originarios no participaban; así, una manera de ridiculizar tal actitud fue la representación de los toritos de petate, construidos con jaras y cubiertos con pieles, capas y petates, de ahí su nombre.
Los toritos salen del domingo al martes como un preludio a la Semana Santa. El martes fue considerado el Día del Carnaval, momento breve de libertad en que el hombre se liberaba de todo lo mundano y que terminaba el día miércoles, justo cuando comenzaba la reflexión con el rito del Miércoles de Ceniza.
La danza del Torito de petate se organizaba antiguamente por los barrios; actualmente en colonias o por familias. Las comunidades populares organizan la construcción, elaboración y montaje de la danza y del torito de petate. Consiste en la simulación de una corrida de toros.
Una interpretación posible a la que hacen referencia algunos investigadores, es al hecho de que solamente los españoles poseían ganado mayor y organizaban corridas de toros, de tal forma que la población indígena imitando y satirizando las corridas, crearon a los “Toritos de Petate”. Recibieron este nombre por su ligereza para manejarlos y porque estaban hechos a base de carrizos y adornados con tiras de papel de China.
En la actualidad están elaborados con todo tipo de materiales y llegan a pesar muchos kilos. La danza está constituida por la Comparsa que la integran: el toro de petate, el caporal (encargado de guiar al toro), el picador (responsable de dar muerte al toro), la Maringuía (originalmente era un hombre vestido de mujer), y el Apache.
¿Quién es el Apache?
El Apache, ha cobrado fama como uno de los personajes más característicos de la comparsa; ya que da rienda suelta a su ingenio; tiene un tiempo para entrar a provocar al torito. Frente a cada domicilio baila con alguna integrante de la familia que los mandó bailar, o bien de manera inesperada abraza principalmente a mujeres o niños y niñas, para juntarles la mejilla y dejárselas pintada. Pero lo que más terror provoca a los niños y a las mujeres es que les acerque la rata que lleva cargando a la cara o inclusive a la boca.
Anteriormente este danzante entraba repentinamente a los corredores, cocina, comedor y hasta las habitaciones de las viviendas, así como a las fondas, mercados y loncherías dirigiéndose al comal para solicitar o coger un taco, enchilada, gordita; entonces se le veía salir corriendo, despavorido, nadie debía ni podía remitirlo ante la autoridad, ya que su actitud debe de ser así. No es fácil asegurar en que época surgió, pero la Señora María Campos Vázquez (abuelita del promotor cultural Gerardo Ascencio Campos) le platicaba de los actos cómicos del Apache. En la actualidad sigue habiendo polémica sobre su aparición, pero en el Archivo Histórico del Municipio de Morelia, existen varios expedientes del siglo pasado (XX), en donde con claridad se puede confirmar que “El Apache” por lo menos ya existía en la primera mitad del siglo.
La imagen del Apache permaneció prácticamente sin cambios sustanciales, hasta más o menos en la década de los setentas, en que apareció el torito “El Consentido”, de la comparsa de Eugenio Rodríguez Ayala, que tenía como Apache a Javier Urueta, joven conocido como “El Greco” o “La Olga”, por su cadenciosa forma de bailar y su indumentaria innovadora: peluca rubia o negra, camiseta o blusa roja a veces con estampado de piel de tigre, falda de la misma tela que la blusa adornada con fleco, botas de luchador y machete, el rostro pintado en negro y blanco con motivos que recuerdan a la apariencia de los artistas roqueros.
La danza del “Torito” se acompaña por las calles con una banda de música y piden a los ciudadanos una módica cooperación. Antiguamente sólo se acompañaban de una guitarra, un violín y una chirimía. El adorno del “Torito” incluye animales como pulpos, delfines, pájaros, mariposas, figuras fantásticas como las sirenas, personajes diabólicos o caricaturescos así como corazones y ángeles. Cada torito tiene un nombre chusco que lo caracteriza, ya sea por la familia a la que pertenecen, o por la colonia. Así, entre los más conocidos tenemos a el “Mandito” de la Col. Industrial, al “Mágico” de la Col. Obrera, el “Mañozo” de la col. Loma colorada, El “Suspiro del panteón”, el “Tumba Calzones” y el “Malcriado” del Barrio de San Juan, etc.
Junto a la Comparsa van algunos vendedores de sonajas hechas de cajitas de cartón y adornadas simulando un torito, en cuyo rescate influyó el Museo del Estado. Se sugiere también ver el festival del “Torito” en Tarímbaro, Charo y Queréndaro. Personas Informantes: La historiadora María Clotilde Valle Carrillo. y por el Promotor Cultural Gerardo Ascencio Campos, Jefe del Departamento de Atención la Diversidad Cultural que se publica en la página del Gobierno de México.