Ireri Suazo Ortuño: una luz para La Casa de Hidalgo
Este 07 de enero la Comisión de Rectoría revelará el nombre de quien sustituirá a Raúl Cárdenas Navarro
@Rosario Herrera Guido
La universidad moderna
debería ser sin condición (…)
reconocerle una libertad incondicional
de cuestionamiento y de proposición (…)
el derecho de decir públicamente
todo lo que exigen una investigación,
un saber y un pensamiento de la verdad.
Jacques Derrida, Universidad sin condición.
He publicado e impartido conferencias sobre la Universidad, con el ánimo de influir en su valoración e interpretación crítica, para aportar a los temas que le permitan sobrevivir a los embates de las intrigas palaciegas, la intromisión de los gobiernos en turno y sus camarillas, la globalización, la tecnología y la deshumanización. Así vieron la luz textos en libros, revistas y diarios como “Filosofía de la universidad a distancia”, Ana María Salmerón, et. al., Diccionario Iberoamericano de filosofía de la educación, UNAM-FCE, 2016; Subirats, “La disfunción de la universidad”, Cambio de Michoacán; “Bertrand Russell y la Universidad”, Cambio de Michoacán; “Poética de la educación para una infancia olvidada”, Desamparo de la niñez, Jaqueline Zapata (coord.), UAQ, 2016; “Whitehead: Universidad, imaginación y creatividad”, La jornada Michoacán (25-11-2006); “Por una Universidad democrática”, La Jornada Michoacán (3/3/2007); “Para un modelo de universidad en la Casa de Hidalgo”, La Jornada Michoacán (21 y 22/08/2006); “Derrida y la universidad sin condición”, La Jornada Michoacán (13/01/2007); “Lacan y el discurso de la Universidad”, La Jornada Michoacán (29/01/2007).
Pero con la remembranza de todos esos textos, nada como pronunciarme, en compañía de las más destacadas académicas que recientemente nos reunimos en conocido restaurante a celebrar su Candidatura a la Rectoría de la Casa de Hidalgo, escuchar su Plan de Trabajo 2023-2026 y compartir el pan y la sal.
Ciertamente es polémica pero cada vez más real, que estamos frente a una quiebra universitaria largamente anunciada, no sólo de la Casa de Hidalgo, sino de muchas Universidades públicas de México, por falta de gestión puntual y expedita, dudoso manejo de sus recursos, y hasta por designios del Banco Mundial, que recomienda el fin de la gratuidad en las Universidades Públicas, una medida que promueve la privatización de la educación pública superior, además de reducir los salarios de los empleados públicos y acelerar la reforma previsional para reducir el gasto público. “Un ajuste justo”, en el que se afirma que los países latinoamericanos gastan mal sus recursos beneficiando a la parte más privilegiada de la población, sin lograr reducir con éxito la desigualdad y la pobreza, por lo que “el concepto de derechos adquiridos debe ser revisado”.
Permítanme agregar que existe otro problema estructural de gran calado: la ausencia de una Autonomía Universitaria Real (con la complicidad a veces hasta con la “izquierda combativa”), que desde antaño hace de Rectoría un botín y un cargo más del Gabinete Legal del Gobierno y el Partido en turno, y cuya consecuencia es el sometimiento de la Universidad a una especie de indigno decálogo: 1) servilismo; 2) sometimiento a las políticas electoreras; 3) opacidad administrativa; 4) nepotismo; 5) autoritarismo; 6) conflicto de interés; 7) políticas dinásticas; 8) patrimonialismo; 9) violencia de género y 10) hasta políticas sexuales.
Una sombría realidad que en estos momentos críticos exige que una diáfana luz permita transitar el abrupto sendero, como la Candidatura de la Dra. Ireri Suazo Ortuño, para la Rectoría de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, por contar con las más Altas Evaluaciones en los campos de la Escolaridad, la Investigación, la Docencia, la Administración y el Compromiso Social. Que le permiten con profesionalismo y sapiencia proponer Principios Fundamentales para la Universidad Nicolaita: 1) la academia como columna vertebral de la Universidad; 2) los estudiantes como protagonistas activos del proceso educativo; 3) el conocimiento como base activa de la formación académica integral; 4) transparencia y rendición de cuentas de los recursos; 5) las decisiones académicas por cuerpos colegiados; 6) un modelo educativo construido colectivamente; 7) el humanismo, la solidaridad y la responsabilidad como ejes transversales de las actividades de la Universidad; 8) uso austero y eficiente de los recursos; 9) papel preponderante de la Universidad en la solución de los problemas sociales; 10) la identidad Nicolaita y sus raíces históricas como reflejo del quehacer universitario y 11) la equidad de género y la inclusión como eje transversal de la vida universitaria. Que se despliegan en trascendentales Ejes I) Estabilidad Financiera; II) Academia; III) Docencia y Educación Integral; IV) Educación Abierta y a Distancia; V) Investigación Científica, Humanística, Tecnológica, Artística y Divulgación de la Ciencia y la Cultura; VI) Difusión de la Cultura; VII) Vinculación y Extensión Universitarias; VIII) Desarrollo Institucional; IX) Planta Administrativa y Manual; X) Transparencia y Rendición de Cuentas; XI) Internacionalización de la Universidad; XII) Garantías de los Estudiantes: derecho a la salud, internet, cultura, deporte, guardería para estudiantes madres y padres, equidad de género e inclusión; XIII) Albergues Estudiantiles: salud, dignificación de los inmuebles, internet, cultura y deporte y XIV) Equidad de género e Inclusión en todo el Campus Universitario.
Una Universidad Autónoma, Centenaria y de Excelencia, además de democrática, dedicada a la verdad y verdadera. Una verdad que permite encontrarse con la luz (Lux), símbolo de muchas universidades, por su compromiso ilimitado con la verdad, tema privilegiado del diálogo, privilegiada prenda de paz en una democracia. Porque la cuestión de la verdad y la luz (Aufklärung, Ilustración), funda el humanismo, las humanidades y las universidades.
Actualmente la Universidad es un espacio transfigurado por las nuevas técnicas de comunicación y la producción del saber. Una Universidad que es un principio de jure (de derecho y de ley), cual fuerza invencible de la universidad, que no siempre la hacen efectiva los universitarios, lo que la hace vulnerable, impotente y frágil ante la dominación que la secuestra, la sitia y trata de apropiársela para despojarla de sus poderes reales. Pues la universidad, para ser tal, debe ser radicalmente independiente, para poder evitar rendirse ante los “poderes” usurpadores, hasta convertirse en refugio de ambiciosos narcisistas, políticos en desgracia y mercenarios al servicio de tenebrosos intereses.
La Dra. Ireri Suazo Ortuño, graduada con Mención Honorífica como Lic. en Biología (UMSNH), M.C. en Ciencias en Conservación y Manejo de Recursos Naturales (Fac. Biología, UMSNH), Doctora en Ciencias por el instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, Directora del servicio Social Comunitario del Estado de Michoacán, Profesora e Investigadora en Licenciatura y Posgrado, Directora de 31 Tesis de Licenciatura, 14 de Maestría y 5 de Doctorado, autora y coautora de múltiples artículos indexados, arbitrados, en revistas y libros, Directora y colaboradora de 16 Proyectos de Investigación, de Ciencia Básica de Conacyt, Editora de Sección de la Revista Latinoamericana de Herpetología y de la Revista Mexicana de Biodiversidad y Miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
Si la Dra, Ireri Suazo Ortuño no es designada por la Comisión de Rectoría, Rectora de la Casa de Hidalgo, los Universitarios, la Sociedad Michoacana y Mexicana, no solo dejará ver que la Universidad en toda su amplia y moderna Lux de la verdad, símbolo del humanismo y las Universidades, no es de su interés, sino que tampoco le desvela perder la valiosa e histórica oportunidad de elevar la Universidad Nicolaita a la altura del conocimiento y la capacitación de la juventud que exige nuestro tiempo y el inmediato porvenir, urgido de todos los saberes sin los cuales nuestro único hábitat y la humanidad misma están en peligro de sucumbir.