¡Si Adelita se fuera con otro!
Esta es la historia de Adela Velarde Pérez
Fue criada en el seno de una familia acomodada, era una joven muy bella y alegre. A los 13 años abandonó su casa sin el consentimiento de sus padres para unirse a la Revolución. Adela estuvo en campaña como camillera de la Cruz Roja, especializándose en asistir a los revolucionarios moribundos.
Historia de un amor
Durante la lucha armada conoció a un teniente villista llamado Antonio Gil del Río. Ambos quedaron profundamente enamorados y cada noche él tocaba con su guitarra canciones de amor frente al tren donde dormía Adela.
Se volvieron amantes inseparables hasta que, en la batalla de Torreón, en 1914, una de las más sangrientas de la revolución los separó. Durante la toma de Gómez Palacio y mientras Antonio asistía a los heridos, fue alcanzado por las balas y cayó moribundo. Adela lo sostuvo entre sus brazos y él, con sus últimos respiros, alcanzó a recitarle esta estrofa:
“Si acaso yo muero en campaña, y mi cadáver lo van a sepultar, Adelita por Dios te lo ruego, que con tus ojos me vayas a llorar”.
Antes de morir Antonio logró indicarle que en su mochila había un regalo para ella. El obsequio era una hoja de papel doblada con el famoso corrido escrito en ella. Adela se la entregó a los músicos de la brigada y ahí mismo comenzaron a interpretarlo.