Recompensa de captura para el agresor de la saxofonista quemada con ácido

Él mandó a su hijo a cometer el ataque, ella era su pareja y le destrozó el rostro

@Karla Ayala

Durante la conferencia de prensa que el presidente de México ofrece a los medios de comunicación, el subsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Ricardo Mejía Berdeja, informó que se ofrece una recompensa por un millón de pesos para quien brinde información que ayude a localizar al hombre que vertió ácido en la cara a la saxofonista María Elena Ríos.

Juan Antonio, expareja sentimental, está prófugo de la justicia, fue diputado en Oaxaca por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y, ha decir de la saxofonista buscó a un magistrado para evadir su responsabilidad.

En la Mañanera del pasado lunes, el presidente de México aseguró que María Elena Ríos sería atendida por la encargada de Atención Ciudadana de Presidencia, por lo que las medidas de protección le fueron renovadas a pedido de la víctima, quien ha expresado que vive con temor ante un nuevo ataque de su agresor, debido a que se encuentra libre y puede asesinarla.

Un amor como muchos

Ella estudio Comunicación Social y Saxofón en el Conservatorio de Música en Puebla. En 2017 se abrió una vacante para un puesto en la oficina de prensa del entonces diputado Juan Vera Carrizal, del PRI, en su pueblo de Oaxaca.

Vera Carrizal y ella comenzaron una relación poco después de que entrara a trabajar a su oficina, según el testimonio de su hermana Silvia, quien fue entrevistada en diferentes medios de comunicación.

Fue una relación tormentosa que no le contó a su familia. Él, mucho mayor que ella, de 43 años —aunque Ríos sospecha que tenía más de los que él declaraba públicamente, al menos unos 50— y ella, una joven enganchada a una pareja que aparentemente la maltrataba psicológicamente.

Después de que viajaran por una cuestión de trabajo a Estados Unidos y que él la forzara a tener relaciones sexuales (según el testimonio de Ríos desde el hospital), dejó el trabajo. Poco después regresaron y la relación se fue desgastando tanto que terminaron rompiendo.

La última llamada que se hicieron fue en julio de este año. Él lloraba y le pedía que volvieran. Ella se negó. Siempre según lo que Malena le ha contado a su hermana desde la cama del hospital y lo que registran los mensajes de WhatsApp.

 

 

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