Historias de Reinas Magas de ayer y hoy

 Historias de Reinas Magas de ayer y hoy

Estas son las Reinas Magas de mi vida. Soy Reina Maga feliz

@Karla Ayala

Todo comenzó con mi bisabuela materna, ella fue de las primeras Reinas Magas que, a pesar de la vergüenza que tenía por no tener un esposo que le acompañara a comprar juguetes de los muchos hijos que en ese entonces se acostumbraba a tener, nunca quedó mal como buena maga.

Obrera en una fábrica de hilos, la joven madre soltera apartaba un poco de su salario, esto todo el año, para la llegada de los Reyes Magos. “Aunque sea un juguete sí les compraba para no fallarles” decía.

También está mi abuela paterna, una Reina Maga que lloraba mucho. Aunque ella sí estaba casada, siempre estuvo sola en la crianza de sus hijos. Como se dice hoy en día: una Madre Soltera, pero casada.

Más pobre que la bisabuela porque su esposo no la dejaba trabajar; entre que lavaba ropa, hacía remiendos; ayudaba a sus hermanas a limpiar sus casas; y con los ahorros de su hijo el más grande, es que podía comprar los juguetes de sus niños.

Otra Reina Maga es mi madre. Trabaje que trabaje para hacer magia en Navidad. Una magia que recuerdo con beneplácito porque llegaba el tiempo de la ropa nueva, desde calzones hasta zapatos, todo nuevo, no podía fallar nada. ¡Siempre estrenábamos el 25 y 31 de diciembre y yo la más feliz del mundo!!!

La estafeta la tengo hoy. Soy una Reina Maga, que por cierto está muy feliz. Le cuento a mi hijo de tres años la historia de los Reyes Magos, le hago creer que llegarán regalos en la madrugada del 06 de enero, reviso precios en diferentes lugares y compro con mucha ilusión cada uno de sus deseos.

Ser una Reina Maga es también ser de nuevo niña; esa niña que amaba la navidad; regresar a la emocionante noche del 05 de enero, que por más vueltas que daba en la cama no podía conciliar el sueño porque ganaba más la incertidumbre y el deseo de los juguetes nuevos.

Una Reina que hace magia eso soy. Trabajadora como mis abuelas y madre, chingona como ellas y nunca jamás en espera de que un hombre me quiera dar estabilidad. No porque no quiera que me la ofrezcan, sino no porque no me gusta estar pidiéndola.

Honro a mi bisabuela, mi abuela, madre y todas las mujeres ancestras que rompieron moldes y que no esperaron, que hicieron por ellas y por sus hijos. Honro a todas las mujeres Reinas Magas que no se achicopalan y que como yo están felices de hacer magia estos días; emocionadas por ver esa sonrisa hermosa y cara de sorpresa que solo se puede ver cada año. ¡Esa es la magia de los Reyes Magos!!!

 

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