Así se descubrió quién escribió ‘El Puente del Arcoíris’, poema sobre el cielo de las mascotas

 Así se descubrió quién escribió ‘El Puente del Arcoíris’, poema sobre el cielo de las mascotas

En el marco del Día Mundial del Libro y del autor esta historia de una autora olvidada; una mascota amada; muchos hombres que reclamaron la autoría del querido poema

@Fonema / Redacción

Si has perdido una mascota, este es un poema que te encantará, “El Puente del Arcoíris”, una obra sencilla pero que llega al corazón porque habla del paraíso de los animales y la promesa de reunirse con los peludos más queridos.

Algunas empresas donde incineran animales entregan copas del poema a sus clientes, pero realmente sabes su origen y la historia de esta autora que fue olvidada, pese a que su poema fue tan famoso que muchos reclamaron su autoría.

Se trata de Edna Clyne-Rekhy, una artista escocesa de 82 años amante de los animales. Hasta hace poco, no tenía ni idea de que el poema que escribió hace más de 60 años (en honor a su perro Major) había reconfortado a tantos otros.

“Estoy absolutamente anonadada”, dice. “Todavía estoy en estado de shock”.

La autoría de Clyne-Rekhy probablemente se habría perdido en la historia de no ser por la tenaz investigación de Paul Koudounaris, historiador del arte, escritor y dueño de un gato en Tucson, Arizona. Koudounaris ha pasado la última década trabajando en un libro sobre cementerios de mascotas y en su investigación ha encontrado con frecuencia referencias al El Puente del Arcoíris.

La autora “más improbable”

Nadie se presentó, pero después de eso, El Puente del Arcoíris parecía estar en todas partes. A partir de 1995, Koudounaris encontró registros de 15 reclamaciones distintas presentadas bajo el título El Puente del Arcoíris ante la Oficina de Derechos de Autor de Estados Unidos. Recopiló una lista de unos 25 nombres que encontró con alguna relación con el poema y, uno a uno, los fue investigando y tachando como posibles autores hasta que se quedó con uno solo: Edna Clyne-Rekhy.

Había encontrado el nombre de Clyne-Rekhy tras ver una referencia en un grupo de chat en línea a una Edna “Clyde” de Escocia que supuestamente escribió el poema cuando murió el perro de su hijo. Googleando un poco llegó a Clyne-Rekhy, cuya autoría de un libro sobre su difunto marido y su perro le hizo apuntar su nombre en la lista: la única mujer y la única no estadounidense.

“Lo que en un principio parecía la candidata más improbable, al final resultó ser la más intrigante y, por supuesto, la autora”, afirma Koudounaris.

Cuando Koudounaris se puso finalmente en contacto con Clyne-Rekhy en enero y le preguntó si era la autora de El Puente del Arcoíris, su primera respuesta, dice, fue “¿Cómo demonios me has encontrado?”.

La historia de Clyne-Rekhy, que Koudounaris detalló a principios de este mes, comenzó en 1959. Tenía 19 años y lloraba la pérdida de su Labrador Retriever, Major. “Murió en mis brazos”, recuerda en una llamada con National Geographic. “Le quería muchísimo”.

Al día siguiente de la muerte de Major, Clyne-Rekhy seguía “llorando y llorando”, dice, cuando su madre le preguntó qué le pasaba.

“Es Major”, respondió Clyne-Rekhy. “No puedo apartar este dolor”.

“Tal vez podrías escribir cómo te sientes”, le sugirió su madre.

Clyne-Rekhy siguió el consejo de su madre. Sentada en el salón de su casa, cerca de Inverness, escribió una primera línea en una hoja blanca: “Just this side of heaven is a place called Rainbow Bridge” [A este lado del cielo hay un lugar llamado Puente del Arcoíris]. A partir de ahí, dice, las palabras brotaron de ella, llenando el anverso y el reverso.

El texto decía así:

“A este lado del cielo hay un lugar llamado Puente del Arcoíris.

Cuando muere un animal que ha estado especialmente unido a alguien de aquí, su mascota va al Puente del Arcoíris.

Hay praderas y colinas para que todos nuestros amigos especiales puedan correr y jugar juntos.

Hay mucha comida, agua y sol, y los amigos están calentitos y cómodos.

Todos los animales que han estado enfermos y viejos recuperan la salud y la fuerza, los que estaban heridos vuelven a estar mejor y fuertes, como los recordamos antes de que se fueran al cielo.

Están felices y contentos, excepto por una pequeña cosa: cada uno echa de menos a alguien muy especial que tuvo que dejar atrás.

Todos corren y juegan juntos, pero llega un día en que uno se detiene de repente y mira a lo lejos.

Le brillan los ojos y su cuerpo se estremece.

De repente empieza a huir de la manada, corriendo sobre la hierba, sus patas le llevan cada vez más rápido, y cuando tú y tu amigo especial por fin os encontráis, os fundís en un abrazo feliz para no volver a separaros nunca más.

Tu mascota y tú lloráis. Tus manos vuelven a abrazar su cabeza y tú vuelves a mirar sus ojos confiados, que hace tanto tiempo que se fueron de la vida, pero que nunca han estado ausentes de tu corazón, y entonces cruzáis juntos el Puente del Arcoíris”.

Nota del editor:

No existe una traducción oficial del poema y esta traducción la ha hecho National Geographic España a partir de la versión en inglés publicada en nationalgeographic.com.

“Se me pasó por la cabeza, era como si estuviera hablando con mi perro, estaba hablando con Major”, dice. “Simplemente sentía todo esto y tenía que escribirlo”.

Las pruebas de la autoría de ‘El Puente Arcoíris’

Clyne-Rekhy aún conserva el borrador original del poema escrito a mano. Cuando se lo enseñó a Koudounaris, éste supo inmediatamente que era real. “El resto de su historia me lo confirmó más tarde, pero no puedo explicar del todo el poder de esas hojas”.

Aunque nunca llegó a publicar el poema, Clyne-Rekhy acabó enseñándoselo a un puñado de amigos. “Todos lloraban”, dice. Le preguntaron si podían llevarse copias a casa, así que le hizo duplicados a mano, pero no incluyó su nombre.

Koudounaris sospecha que debió de pasar de mano en mano hasta que perdió la conexión con su autora original y acabó cobrando vida propia. También observó discrepancias en el lenguaje del poema que le hicieron sospechar que era mucho más antiguo de lo que se creía.

Algunas versiones que leyó, por ejemplo, hablaban de animales “mutilados y recuperados”, mientras que otras se referían a animales “devueltos a su vigor”. Estas ligeras diferencias “me hicieron saber algo importante: que esto ha estado dando vueltas durante un tiempo”, afirma Koudounaris.

Clyne-Rekhy pasó años en la India y más tarde se trasladó a una explotación olivarera en España, una trayectoria que puede ayudar a explicar por qué no era consciente de la creciente popularidad del poema en Estados Unidos, Gran Bretaña y otros países, afirma Koudounaris.

¿Por qué ‘El Puente Arcoíris’ es tan popular?

Koudounaris atribuye la perdurable popularidad y potencia de El Puente del Arcoíris para muchos lectores occidentales a la necesidad teológica que satisface. A los que fueron educados cristianamente, señala, sus padres o sacerdotes les decían a menudo que los animales carecen de alma y, por tanto, no se unirán a ellos en el Cielo.

“El Puente del Arcoíris aporta la pieza que faltaba a las personas que han tenido que vivir con esa angustia de que su animal no fuera lo bastante bueno como para merecer una vida después de la muerte”, dice Koudounaris. “Nos da un motivo para la esperanza”.

Kitty Block, directora general y presidenta de la Humane Society, está de acuerdo en que El Puente del Arcoíris ha otorgado al mundo “una visión que ha reconfortado a millones de personas que sufren la pérdida de una mascota.”

“Su perdurable popularidad demuestra que las relaciones con los animales de compañía son importantes para muchas personas de todos los ámbitos de la vida”, afirma. “La intimidad de esos vínculos puede ayudarnos a reconocer nuestro deber fundamental de cuidar a los animales, tanto a los que forman parte de nuestras familias como a los del resto del mundo”.

En cuanto a Clyne-Rekhy, dice que ya tiene planes concretos para reunirse con Major y sus siguientes mascotas, cuyas cenizas ha conservado.

 

Otras noticias