04 de enero: Día del Periodista en México
2022 fue el año más mortífero para los periodistas en la historia del país
@Fonema / Redacción
Fueron 17 periodistas que perdieron la vida, 12 de ellos directamente por su trabajo, según la asociación Artículo 19. El 2022 fue considerado el más sangriento para los periodistas de México.
En enero y en menos de una semana, fueron asesinados a balazos en Tijuana el fotógrafo Margarito Martínez y la reportera Lourdes Maldonado, quien formaba parte de un mecanismo de protección local para periodistas. Desde entonces, el rastro de sangre no ha hecho más que alargarse.
La mayoría de las víctimas son reporteros locales que escriben sobre corrupción o la violencia del narco lejos de la Ciudad de México. El último en perder la vida fue Pedro Pablo Kumul, locutor veracruzano que trabajaba para el portal digital AX Noticias. A finales de noviembre, recibió varios disparos mientras conducía un taxi, trabajo que compaginaba con el periodismo. Hasta ahora, el año más letal había sido 2017, con 12 muertes.
México registra más reporteros asesinados que países en guerra como Ucrania, donde Reporteros sin Fronteras contabilizó ocho muertes, o Siria, con tres. Según el balance de esta organización, el país latinoamericano concentra en lo que va de año el 20% de las muertes violentas de periodistas en todo el mundo y su letalidad está muy por encima de la de otras naciones de su entorno, como Brasil o Colombia.
En un informe sobre el primer semestre de este año, la ONG de defensa de la libertad de prensa Artículo 19 estima que los actos de intimidación y hostigamiento contra los reporteros han aumentado un 52% respecto al mismo periodo de 2016 y señala a las autoridades mexicanas de todos los niveles como los principales agresores. Durante los primeros seis meses, un 39% de los ataques, 128 en total, fueron perpetrados por funcionarios. El crimen organizado, por su parte, fue responsable de 30 agresiones. Ciudad de México, con 49, fue el lugar donde más se atacó a la prensa, seguido de Yucatán y Michoacán, con 30 cada Estado.
Frente a las agresiones, las autoridades mexicanas tienden a descartar que los ataques se deban al trabajo periodístico y, muy rara vez, se llega a procesar a los culpables. Tras las muertes de Martínez y Maldonado en Tijuana, el presidente Andrés Manuel López Obrador añadió una sección a su conferencia matutina denominada “Cero Impunidad” para dar seguimiento a las investigaciones
Por otra parte, el presidente ha continuado denostando a la prensa crítica día sí, día no. Pese a que el mandatario ha expresado el fin de año del 2022 su solidaridad con Gómez Leyva por el intento de asesinato, tan solo dos días antes había dicho que escuchar su programa era “dañino para la salud”.
En 2022, por cuarto año consecutivo, México es el país más peligroso y más mortífero del mundo para los periodistas, por delante de países en guerra como Ucrania (ocho casos) o Yemen (tres casos). A pesar del vértigo que causan estas cifras, de los catorce periodistas asesinados este año, el presidente López Obrador solo ha condenado públicamente cinco.
El lunes 23 de agosto, el periodista Fredid Román fue ejecutado a sangre fría en Chilpancingo, capital del Estado de Guerrero (sur del país). Acababa de salir de su domicilio en su vehículo, cuando dos individuos con casco a bordo de una moto lo abordaron y abrieron fuego, matándolo en el acto y dándose a la fuga. A sus 59 años, Fredid Román, era columnista del diario local Vértice, colaborador puntual de varios medios locales y ex director y fundador del periódico La Realidad, que había cesado su actividad por falta de recursos económicos. En todos sus escritos, era muy crítico con el gobierno de Guerrero y con la corrupción de las autoridades locales.
Según el director editorial de Vértice, contactado por RSF, “no había comunicado amenazas vinculadas con su trabajo, ni formaba parte de ningún mecanismo de protección oficial”. El sobrino de Fredid Román ha señalado públicamente como responsable del asesinato a la banda criminal local Los Ardillos, que, según él, había amenazado varias veces de muerte recientemente a su tío. Se da la circunstancia, además, de que el 1 de julio de 2022, el hijo de Fredid Román fue asesinado también en Chilpancingo. Las autoridades locales han asegurado que están investigando el vínculo entre los dos casos.
Fredid Román es el cuarto periodista asesinado desde principios de agosto, después de Enesto Méndez (03/08), en el Estado de Guanajuato; Juan Arjón López (09/08), en el Estado de Sonora y de Alán González (11/08), en el Estado de Chihuahua. Estos cuatro periodistas compartían sus actividades de denuncia de la corrupción y de la violencia en sus regiones. RSF no ha podido establecer aún un vínculo directo entre sus ejecuciones y su labor informativa, y prosigue su trabajo de documentación y de investigación sobre las circunstancias exactas de su muerte.
En 2022, al menos diez periodistas de los 14 asesinados lo han sido por ejercer su profesión: José Luis Gamboa Arenas (10/01), Alfonso Margarito Martínez Esquivel (17/01), Lourdes Maldonado López (23/01), Roberto Toledo (31/01), Heber López (10/02), Jorge Luis Camero Zazueta (24/02), Juan Carlos Muñiz (04/03), Armando Linares López (15/03), Luis Enrique Ramírez (05/05) y Antonio de la Cruz (29/06). De estos diez periodistas, ocho habían recibido amenazas antes de ser ejecutados.