Miércoles de Ceniza, tiempo de cambiar y de transformación
El arzobispo de Morelia, Carlos Merlos Garfias hizo un llamado en redes sociales a la conversión en la Cuaresma
@Karla Ayala
Mediante un mensaje en redes sociales, el arzobispo de Morelia, Carlos Merlos Garfias hizo un llamado a los feligreses católicos para celebrar la imposición de la ceniza este miércoles e iniciar una preparación de conversión.
Monseñor explicó que este Miércoles de Ceniza es el inicio de la Cuaresma, que son 40 días de actitud de conversión y penitencia con acciones de oraración; dar limosna, que representa compartir con tus hermanos; y ayunar, aquí representa entrar en la mortificación y la penitencia para fortalecer la voluntad.
Este periodo de Cuaresma es también un momento ideal para cambiar, iniciar otra forma de vida que ofrezca paz interior en los corazones de los feligreses; un momento para acercarnos espiritualmente al poder superior y agradecer lo que hasta ahora hemos tenido.
Las cenizas, resultado de la quema de las palmas del Domingo de Ramos del año anterior, se imponen sobre los católicos como un recordatorio de que la vida terrenal es temporal: La imposición de las cenizas nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentre en el cielo.
¿Qué es la cuaresma, cuánto dura y qué se hace?
Al igual que la mayoría de tradiciones de la Iglesia católica, su origen está ligado al judaísmo: en la antigüedad, estos tenían por costumbre cubrirse con cenizas cuando habían pecado o si se preparaban para una fiesta importante. Era un símbolo “de su deseo de conversión de su mala vida a una vida con Dios”, agregan en dicho portal web. La Iglesia católica adoptó esta práctica y, al principio, solo los “penitentes que comenzaran su penitencia pública” recibían la ceniza.
Fue años después, en el 384 a.C., cuando, según explica catholic.net, “la Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos” y, aún más tarde, ya en el siglo XI, cuando la Iglesia de Roma adoptó la costumbre actual de imponer las cenizas al iniciar este periodo. Esto se produjo, explican en la web aciprensa.com, tras un tiempo en el que estas prácticas cayeron en desuso (entre los siglos VIII y el X).
Las cenizas, aquello que se desvanece, como señal de una vida terrenal caracterizada por la “inexorable caducidad y efímera fragilidad de la vida humana, sujeta a la muerte”, describen en aciprensa.com. Son un recordatorio para que los católicos adquieran “una conciencia cada vez más diáfana del hecho de que estamos de paso en este fatigoso itinerario sobre la tierra, y que nos impulsa y estimula a trabajar hasta el final, a fin de que el Reino de Dios se instaure dentro de nosotros y triunfe su justicia”, añaden en la mencionada página.