Mi tribu
Diario de una mamá milennial
Uno de los más importantes aprendizajes que me ha traído la maternidad ha sido entender que es imposible que una sola persona o una pareja crie sola a una niña o niño, por eso mi querida bebé, debo decirte que eres afortunada porque estas rodeada de una tribu que te cuida, te ama y te protege.
Que necesario es tener una tribu en la cual sentirte acompañada, guiada, a veces regañada, pero también respetada. Es tener una mano amiga que te ayude cuando la responsabilidad te sobrepasa, cuando necesitas un tiempo para ti, cuando las obligaciones te abruman o cuando la duda te asalta.
Pequeñas, grandes, extensas, todas son tribus y todas nos engrandecen en esta noble tarea de maternar. Y bien dice un proverbio africano: “Se necesita un pueblo para criar a un niño”. No podemos ni debemos dejar de lado que somos una comunidad y que las infancias deben conocer y enriquecerse con la influencia positiva de las personas a su alrededor.
Pero también se debe señalar que la sociedad y el sistema en el que vivimos actualmente nos complica en la creación de nuestras tribus, más allá de los lazos familiares. Por eso las redes son grandes aliadas para formar círculos de ayuda, consejo y acompañamiento, con amigas, conocidas, o hasta con mujeres en otros estados o países, con las que compartimos ser mamás.
Benditos grupos de WhatsApp integrados por mamás que estamos pasando por lo mismo y en las que hemos creado un espacio de respeto y de aliento, en donde podemos quejarnos amargamente de todas las situaciones que atravesamos, encontramos palabras de apoyo, aprendizaje y mucho entendimiento, es decir, una sororidad pura.
Por eso y más, mi tribu, de la que tú formas parte es una pieza fundamental en mi vida, ser mejor mamá y persona es más fácil porque cuento con tu ayuda, porque con amor me acompañas en esta tarea de formar a un ser humano, porque yo sí quiero y estoy convencida que podemos hacer las cosas diferentes y hacerlas bien.