Marcha estudiantil en Morelia por la muerte de Carlos Manzo termina entre gas pimienta y tensión frente al Palacio Municipal
Estudiantes de diversas facultades salieron a las calles de Morelia para exigir justicia por el asesinato de Carlos Manzo. La manifestación, que comenzó de forma pacífica, terminó con empujones, gas pimienta y nuevos intentos de derribar las vallas metálicas que protegen el Palacio Municipal.
@KArla Ayala
El clamor de justicia por la muerte de Carlos Manzo volvió a escucharse en las calles. Cientos de estudiantes marcharon este lunes por el Centro Histórico de Morelia, portando pancartas, flores y consignas que exigían el esclarecimiento del asesinato del líder social.
“¡Justicia para Carlos Manzo!” fue el grito que marcó el paso de la multitud, que avanzó entre banderas, tambores y la indignación que crece desde Uruapan hasta la capital del estado.
La marcha, que comenzó de manera pacífica, se tornó tensa al llegar al Palacio Municipal, donde las autoridades habían colocado muros de acero para resguardar el edificio. En medio de los empujones y los cánticos, un grupo de jóvenes intentó derribar las vallas, mientras otros exigían mantener la calma y continuar con el carácter pacífico de la movilización.
Fue en ese momento cuando se lanzaron bombas con gas pimienta, lo que provocó pánico y confusión entre los manifestantes. Varios estudiantes resultaron afectados por la irritación en ojos y garganta, mientras brigadistas improvisados les ofrecían agua y paños húmedos para aliviar el ardor.
“Solo queremos justicia, no represión”, gritó una estudiante de la Universidad Michoacana, con lágrimas provocadas por el gas. “Carlos luchaba por el pueblo, y ahora el pueblo está aquí por él”.
A pesar de los incidentes, la mayoría de los manifestantes se mantuvo firme en su exigencia y continuó el recorrido por las calles aledañas, ondeando carteles con mensajes de esperanza y resistencia.
El ambiente en Morelia sigue cargado de indignación. Para los jóvenes, la muerte de Carlos Manzo representa no solo una pérdida humana, sino el reflejo de un país donde la violencia se ensaña con quienes buscan un cambio.
“Nos quitaron a un líder, pero no su causa”, dijo un estudiante al final de la marcha. “Seguiremos en las calles hasta que haya justicia”.
La jornada concluyó con velas encendidas frente al Palacio Municipal, entre cantos y silencios que parecían abrazar el nombre de Carlos Manzo, convertido ya en símbolo de lucha y esperanza en Michoacán.
