Jennifer Seifert no dará tregua hasta recuperar a sus hijos
Madre que movió las redes sociales porque no ha podido ver a sus hijos durante cuatro meses
@Karla Ayala
Desde el 29 de marzo del 2021 Jennifer Seifert sufre la ausencia de sus hijos, Sophia de 12 años y Matteo de siete, quienes fueron arrebatados de su lado, gracias a mentiras, corrupción, sobornos y falta de transparencia en los procesos jurídicos.
En un grito desesperado de Jennifer Seifert por no ver a sus hijos, expuso su problema en las redes sociales, donde encontró apoyo inmediato de mujeres que están en la misma situación, tanto en el Estado de México donde radica actualmente, así como en diferentes puntos del país.
Así como Jennifer Seifert que demandó a su exesposo por la negación de pensión alimenticia de cinco años, alrededor de 15 por ciento de los hogares en México es mantenido por una mujer, sin la ayuda del progenitor de sus hijos.
De acuerdo con las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística Geográfica (INEGI), en el país, ocho de cada 10 jefas de familia viven sin cónyuge y participa en el mercado laboral para cubrir las necesidades de sus hijos, en el caso de Jennifer Seifert, quien dirige una Agencia de Relaciones Públicas, cuyo trabajo le ha permitido mantener a su familia.
El próximo jueves se cumplirán cuatro meses desde que Alejandro Romo Pliego, padre de sus hijos, los sustrajo a consecuencia de la demanda que interpuso Jennifer por pensión alimenticia, sin que las autoridades pudieran hacer algo porque los menores están con su padre, pese a que fueron aislados de la madre.
Por lo anterior, Jennifer insertó una demanda de sustracción, la cual no ha podido proceder porque Romo Pliego “ha sobornado, pedido favores, utilizado palancas y metido dinero para detener el proceso”.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) define la sustracción, retención u ocultamiento como la separación unilateral e injustificada de una niña, niño o adolescente de la persona que legalmente detenta su guarda o custodia, ocultando lejos de su lugar habitual de residencia.
De acuerdo con la CNDH, las conductas de separación atenta contra el equilibrio vital del desarrollo psicosocial de los menores, pues alteran las condiciones afectivas y culturales. Por tanto, constituyen un atentado contra los derechos humanos de los menores a vivir en familia, convivir con ambos progenitores, estar en condiciones de bienestar, tener sano desarrollo integral y vida libre de violencia.
Jennifer, en la historia que escribió en las redes sociales señaló que, durante los seis años, desde que se divorció, el padre de sus hijos ha podido convivir con los menores, pese a que no ha cumplido con sus obligaciones económicas; todo lo contrario, pasa ahora con ella, quien padece cada minuto el silencio de sus voces.
“No he podido abrazarlos, olerlos, escuchar que me digan mamá, saber cómo están, ayudarlos a terminar sus clases en línea entre cientos de cosas más”, describe.
La madre de 38 años de edad a través de una carta que escribió a todas las mujeres y madres del país dijo que su exesposo tomo la “justicia en sus propias manos para llevarse a sus hijos”, pues levantó una demanda en su contra con argumentos que ha decir de Jennifer son mentiras.
“He movido cielo, mar y tierra con contactos, por el camino correcto de la vía legal con un equipo de abogados increíbles, con la ayuda incondicional de familia y amigos; y la realidad es que con lo único con lo que me he topado es con procesos eternos, con una burocracia terrible, con un sistema corrupto y con un grupo de personas que apoyan a este señor para apoyarlo en sus mentiras y ser cómplices de tener sustraídos a mis hijos”, narró.
A la par de las publicaciones de su historia en redes sociales, se creó una petición en Change.org y formuló un reto de firmas para apoyar a las mujeres que como Jennifer no pueden ver a sus hijos y con ello generar conciencia en México, el cual ha sido bien recibido, de tal forma que la madre ha podido dar a conocer su experiencia en diferentes partes del país.
La organización invita a los interesados en apoyar a generar donaciones económicas, las cuales a decir de Jennifer no serán entregadas a ellas, sino que la organización las utiliza para trabajar, aclaró.
Aunque Jennifer pudo ver a sus hijos por unos instantes, gracias al apoyo de la juez que promovió el ejercicio de “escucha de menores”, ahora sabe que sus hijos están molestos con ella porque así los han aconsejado.
Estudios psicológicos mencionan que los hijos que ven continuamente peleas entre sus padres generan grados altos de ansiedad, estrés y tristeza, que, a largo plazo desencadenan problemas en el comportamiento, salud y desarrollo escolar.
