Lo último de los talibanes, rostros tapados de maniquíes en escaparates
La época en la que los maniquíes femeninos ‘mostraban’ su rostro en Kabul ha acabado; hoy tienen que llevar las cabezas encapuchadas
@Fonema / Redacción
En tiendas de Kabul se aprecian escaparates de tiendas de moda con maniquíes de mujeres encapuchadas. Los rostros de estas ‘modelos’ se cubren con múltiples ‘estratagemas’: bolsas de basura, sacos de tela, papel de aluminio… Decididamente inquietante este panorama que puebla las calles comerciales afganas.
De maniquíes decapitadas a rostros encapuchados.
La medida de ocultar como sea los rostros femeninos de los escaparates es una orden impuesta por el Ministerio de Propagación de la Virtud y Prevención del Vicio, que sin embargo había comenzado su enésima cruzada contra las mujeres con otra idea, la de decapitar completamente a los maniquíes de moda femenina.
Esta orden primera se basaba en la interpretación rigurosa de la ley islámica, que prohíbe estatuas e imágenes de forma humana desde el momento en que estas podrían ser admiradas y veneradas como ídolos, aunque bien se adscribe también a la idea del régimen islámico de negar todo tipo de derechos a las mujeres.
No todos los comerciantes, sin embargo, han estado de acuerdo con esta orden (pese a que otros se apresuraron a cortar cabezas), lo que ha hecho que los talibanes cambiaran la normativa: cubrir los rostros de los maniquíes, con cualquier cosa que se tenga a mano en lugar de cortarles las cabezas.
Las respuestas ‘alternativas’ de los comerciantes.
Llegados a este punto, cada comerciante ha elegido una solución personal y particular al respecto, para respetar la ley sin que sus escaparates ni sus negocios se resientan de esta norma. Así, en Lycee Maryam Street, la calle comercial más destacada de la zona norte de Kabul, las maniquís han ‘adoptado’ todo tipo de ‘gorros’, más o menos coloridos.
Hay comerciantes que han usado, por ejemplo, sacos confeccionados con los mismos tejidos que los trajes tradicionales que llevan las maniquíes. Otros han cubierto los rostros con papel de aluminio, buscando en ese efecto plateado conservar algo de atractivo para la clientela.