Diario de una mamá milennial
Ya casi llegas
Aunque al principio del embarazo pensaba que faltaba mucho tiempo, conforme fueron pasando los días y los meses, de repente me di cuenta de que no era así, el tiempo estaba pasando muy rápido, ya muy pronto llegarías.
Conforme mi vientre crecía, también lo hacían mis nervios y expectativas. Pero sabía que solo viviría este momento una vez en la vida y que delicia era hablarte y acariciarme la pancita y cuando comencé a sentir tus movimientos y pataditas era la más feliz de las embarazadas.
Preparamos con mucho cariño tus fiestas de bienvenida, por ello agradezco a todas mis amigas y a mi familia por acompañarnos en esos bellos momentos que quedarán en nuestra memoria y por compartir conmigo y tu papá la gran alegría y esperanza que nos dabas con tu llegada. Nunca dudes de lo deseada y amada que siempre has sido.
Ahora recuerdo con risa todas las peripecias que hacíamos tu papá y yo para poder dormir; a veces hasta 4 veces me paraba al baño por las noches, todo el esfuerzo que requería y el movimiento hacía que lo despertara. La gente me decía que cuando nacieras no iba a dormir, pero yo, ya no dormía, jajaja.
Arreglar tu recámara y comenzar a amueblarla también fue una aventura, en estos tiempos de pandemia decidí pedirla en línea y faltaban muy pocos días para que nacieras y la cuna no llegaba. No miento si hablé casi con el gerente general para que me resolvieran y lo logré. De la armada, mejor luego te cuento.
Doblar tu ropita, acomodar tus cosas, designarte un espacio en nuestra casa y en nuestro corazón hacía que se materializara tu llegada, era una realidad, pronto te conocería.