ORTOREXIA: El desorden alimenticio disfrazado de bienestar y autocuidado
Havana Pérez (estudiante de NYU) universidad estatal de Nueva York
Traducción: @Eva Contreras
En años recientes el concepto de ORTOREXIA ha ganado importancia como uno de los desórdenes de la alimentación potencialmente crecientes y peligrosos. El Dr. Steve Bratman acuñó el término clínico como” ortorexia nerviosa” en 1997, definiéndola como una obsesión por la comida saludable aun en detrimento del bienestar propio. Coloquialmente descrita como “una enfermedad disfrazada de virtud” (koven 2015); esta fijación patológica hacia una apropiada y excelente alimentación es inicialmente percibida como un atributo positivo en quienes la manifiestan y padecen.
Una vez diagnosticada, las personas con ortorexia presentan una exagerada preocupación por su alimentación y se adhieren comúnmente a dietas rígidas, generalmente exploran lo más reciente que aparece en las redes; el mercado y tienen problemas serios para disfrutar la comida.
Esto indica que en su esencial orthorexia es una especie de carrera sin meta de llegada por perseguir “el bienestar”, lo cual en apariencia se diferencia de los desórdenes alimentarios más conocidos. Sumado a esto, se caracteriza por que quienes la padecen hacen un énfasis en practicar una alimentación “pura y rigurosamente saludable”. Este desorden comparte similitudes con el espectro de desorden de OCD, implica pensamientos intrusivos, ritualización en la preparación de los alimentos y una exagerada preocupación por la limpieza y por evitar la contaminación de los mismos. Sin embargo, se diferencia de OCD en que esta es percibida como Ego-sintomática, lo cual significa que los comportamientos ortoréxicos, ideas y valores se alinean con la autoimagen del paciente. Además, la interrelación de los factores bio-psico-sociales contribuyen al desarrollo de este desorden, así como también a disimular su complejidad.
Genéticamente, la existencia de una predisposición a la ansiedad y a los comportamientos obsesivo- compulsivos pueden elevar el riesgo. Psicológicamente los estándares sociales de belleza distorsionan y manipulan la percepción de la imagen corporal, conduciendo a las personas a perseguir un modelo de “salud idealizado” a cualquier costo. Socialmente el surgimiento del conocido “wellness” y la diversificación de una cultura de las dietas principalmente promovidas por las redes sociales han provocado la propagación de una especie de “moda” o fiebre por ser, estar y verse “saludables”. Los factores emocionales, como el estrés y la necesidad de control pueden exacerbar este desorden alimenticio que se ha “normalizado” al punto de que la balanza se mueve peligrosamente de un extremo al otro. Por otro lado, la novedosa y reciente idea y planteamiento de que la responsabilidad de la salud de una persona recae en sí misma, así como obligación moral del autocuidado, mientras que se niegan las influencias externas es otro factor causante de este desorden y su peligroso aumento en los últimos años. (Hangam-Bresh).
La cultura del bienestar promueve una vida saludable mediante una alimentación impecable, la ejercitación sistematizada y el autocuidado, sin embargo, destaca como a las dietas restrictivas como la raíz para alcanzar el “cuerpo perfecto”. En ambos casos existe ese punto de partida en “la alimentación impecable” y la glorificación de la delgadez extrema, ambas manifestaciones orthorexicas y adjetivadas como VIRTUDES.
Si bien, al inicio la orthorexia podría disfrazarse de “comportamiento saludable”, es una paradoja y puede llegar a convertirse en una peligrosa obsesión, ya que la verdadera salud encierra un balance entre los factores físicos, sociales y psicológicos, los cuales comúnmente son trastocados por la orthorexia. Este desorden alimentario presenta una alta peligrosidad en la actualidad y su entendimiento sin el contexto de la cultura de la dieta enfatiza la necesidad de promover aproximaciones balanceadas y flexibles en relación a la nutrición y a la imagen corporal, lo cual es esencial para poder comprender el impacto que este desorden de la alimentación que está siendo minimizado, normalizado y camuflajeado en los individuos que lo padecen (y que son cada día mas), así como en las implicaciones en la percepción de la salud y el bienestar reales de la sociedad moderna.
REFERENCIAS:
1.Koven/Abry, A.W (2015) The clinical basis of orthorexia nervosa
2.Hanganu/Bresh (2020) Orthorexia: eating right in the context of healthism.