Vivir a dos ruedas

 Vivir a dos ruedas

Mariana Romero Guillén va por todas las medallas posibles en su disciplina

@Víctor Ruiz

Para Mariana Romero Guillén los patines sobre ruedas fue una cuestión de amor a primera vista. “Me enamoré de la velocidad, de la adrenalina y todo lo que se siente”, responde sin problemas al preguntarle sobre sus inicios en este deporte. A los siete años de edad tuvo sus primeros patines y al poco tiempo mostró un progreso considerable, todo gracias, dice, a las ganas que tenía de aprender.

Ahora tiene veinte años y lleva consigo una trayectoria que implica medallas en Olimpiada Nacional y participaciones en justas internacionales. Pero va por más. Con un trabajo físico y mental que perfecciona a diario en los entrenamientos, Mariana asegura que va por todas las medallas posibles en su disciplina

¿Qué sacrificios has hecho por este deporte?, le cuestiono mientras se toma un respiro dentro del entrenamiento.

“Todos. Desde mis amigos, las fiestas y los compromisos familiares. Hay ocasiones en que nos visitan tíos del extranjero y preguntan por mí, pero resulta que Mariana está en una concentración porque va a competir”.

Y es que la joven entrena sin pretexto alguno de lunes a sábado en las instalaciones de la Comisión Estatal de Cultura Física y Deporte (CECUFID). Dentro de su cotidianidad, Mariana acude a estudiar por las mañanas, pero toda la tarde la dedica a rodar por la pista.

La mitad de su vida la ha pasado entrenado, compitiendo y ganando. Pese a su juventud, habla del tema con la sabiduría de alguien retirado. Explica que esta disciplina deportiva ha crecido bastante en los últimos años y cada vez son más las personas que lo practican.

Pero también pone el dedo en la llaga: los apoyos. Si bien dicen que existen becas, recuerda que se suelen presentar retrasos en el pago y eso complica el proceso. “Se trata de un deporte que es caro y cuando no nos depositan el recurso, pues se nos complica por ejemplo poder viajar a otros estados a competir”.

¿Qué sientes cuando estás patinando?, le pregunto a una Mariana que con la mirada me dice que el tiempo de entrevista se me está agotando.

“Siento que vuelo. Me enfoco en lo que estoy haciendo y solamente voy concentrada, porque si ya estoy en la pista, pues me digo que tengo que hacerlo de la mejor manera, dar todo de mí y definitivamente cuando lo hago mi sensación es la de volar”.

El resto de sus compañeros han terminado su calentamiento y Mariana va a comenzar con la parte seria del entrenamiento. “Una pregunta más”, le suplico ante su desesperación por marcharse.

¿Qué representa este deporte en tu vida?

“Significa todo, llevo la mitad de mi vida haciendo esto. Le he dedicado bastante tiempo y la verdad es que no lo podría dejar de hacer, es algo que amo y aparte me va bien en ello”.

Con un tibio agradecimiento Mariana se aparta y se une al resto de sus compañeros. El resto ya todos lo conocen: por tres horas seguidas patinará sobre el patinódromo. A cada vuelta se exige más, como desde los siete años de edad.

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