Sol Vargas, única michoacana que se mantiene en el boxeo profesional

 Sol Vargas, única michoacana que se mantiene en el boxeo profesional

Se alista para pelear por el Campeonato WBC Silver

@Victoria Santana

La primera vez que Soledad Vargas se subió a un ring de boxeo estaba llena de miedo. Su rival le aventajaba cuatro años de edad y cinco kilos. Sonó la campanada, vinieron los golpes y la derrota. Decepcionada por el momento, la originaria del municipio de Apatzingán se soltó a llorar mientras su papá la consolaba: “No te preocupes, hija, así se empieza en este deporte”.

Hoy y 15 años después, Sol Vargas es la única michoacana que se mantiene en el boxeo profesional y ya se alista para pelear por el Campeonato WBC Silver, el cual disputará este próximo 28 de agosto en Canadá frente a Kim Clavel. Luce tranquila, juguetea con su hijo en el Jardín de las Rosas, mientras su marido y entrenador la espera en una banca de la plaza.

¿Por qué el boxeo?

“Mi abuelo fue entrenador de boxeo y mi papá era un fanático también, yo me metí a este deporte para llamar la atención de él. Yo era futbolista, jugué como cinco años, pero mi papá siempre me regañaba cada que me escapaba a jugar y vi la manera de que me hiciera caso, entonces obtuve su atención y me enamoré de la adrenalina que se siente al subir al ring”.

 ¿Por qué no hay casi mujeres en este deporte?

“No sé la vida de cada persona, pero yo soy muy aferrada a todo, si me dicen que no puedo, me demuestro a mí misma que sí puedo hacer las cosas; hay personas que me dicen que ya no pueden boxear por sus hijos, pero mientras tengas una persona que te apoye es posible”.

En 2019, Sol Vargas viajó a República Checa para disputar un título mundial contra Fabiana Bytyqi. La pelea causó expectativa y fue transmitida por todas partes. Durante el trayecto al ring, a la boxeadora se le ve con un sombrero charro, un gabán tricolor y se hace acompañar de su entrenador.

Relata que la sensación en ese momento es inexplicable, pero que se puede traducir en escalofríos producidos por la emoción. “Yo quería que todo mundo volteara a verme, que se enteraran que yo era Soledad Vargas y que era mexicana”.

¿Cuál es tu pelea más recordada?

“Una vez tuve que superarme a mí en dos aspectos. Días previos a la pelea, me avisaron que un familiar falleció y yo tenía que estar en la Ciudad de México. Le lloré y grité, pero tenía que cumplir el compromiso, aunque estuviera totalmente desconectada. Y encima de esto, me encontraba lesionada de la parte baja de la espalda. Al final conseguí la victoria, pero me trae muchos recuerdos ese torneo por todo lo que me marcó”.

La otra pelea

Desde hace un par de años, el estallido social del feminismo ha intentado ponerle un alto a la violencia machista. Movilizaciones por las calles, gritos, fuego, fanzines… Sol Vargas no fue indiferente ante la situación y buscó la manera de aportar lo suyo.

“La manera en que podía hacerlo es arriba del ring”, explica de manera convencida al argumentar que tenía que aprovechar el público y las cámaras que se iban a centrar sobre ella. La michoacana decidió plasmar en su uniforme el nombre de todas las mujeres michoacanas víctimas de feminicidio. Era una manera de honrarlas, pero también de pedir justicia.

Fueron 78 nombres los que llevó en su vestimenta, pero con lamento, admite que faltaron muchas más. “Lo hice para que ya no haya violencia contra las mujeres, pues, aunque no me ha pasado a mí, he sabido de casos donde las boxeadoras deben esperar a que los hombres acaben de entrenar porque no les gusta que ellas lo hagan”.

Sol consiguió su objetivo. La idea llamó la atención, tuvo eco. Una pugilista de Mérida, Yucatán, hizo lo mismo con su uniforme y también un boxeador de León. Con orgullo, dice que de a poco la voz comienza a levantarse. Cosa de tiempo para noquear al machismo.

 

 

 

Otras noticias