¿Por qué Cristo murió a las tres de la tarde y oscureció?

 ¿Por qué Cristo murió a las tres de la tarde y oscureció?

Esta es la explicación de acuerdo a los textos sinópticos de cara a la pasión, muerte y resurrección del Señor

@Fonema / Redacción

¿Por qué razón los evangelistas, de manera especial Marcos, insisten tanto en precisar las horas que iban marcando toda la pasión, desde el juicio del Sanedrín hasta la hora de su muerte?

Sucede que, en Israel, el sol sale hacía las 6 de la mañana y se esconde pasada las 6 de la tarde, con unos minutos no más de diferencia al resto del mundo, hay días por supuesto más largos que otros de acuerdo a la estación del año, pero en abril, la fecha en que probablemente Jesucristo fue crucificado, el sol sale a las 6 de la mañana y las seis de la tarde se esconde (cosmovisión propia de los Escritos Sagrados, la tierra plana y el sol que nace y se esconde)

El texto en griego, sobre todo del Evangelio de Marcos, precisa el paso de las horas, como se hacía en el mundo Romano antiguo, a saber:

Prima: primera hora después del amanecer, sobre las 6:00 de la mañana.

Tercia: tercera hora después de amanecer, sobre las 9:00.

Sexta: mediodía, a las 12:00 y

Nona: sobre las 15:00, esta última en la que coinciden los tres sinópticos al ponerla como el momento de la muerte de Cristo.

LAS TINIEBLAS

Marcos precisa muy bien el ambiente de oscuridad que enmarca su relato de la pasión, inicia el capítulo 15, el momento del juicio de Jesús ante Pilato con la siguiente frase “ni bien amaneció” y termina el relato en el versículo 42 con “ya anochecía”. Dicho ambiente de tinieblas aparecerá más adelante.

En Lucas y Mateo, en la hora sexta la tierra se oscurece (SKOTOS) (a partir del mediodía), un detalle supremamente asombroso, la palabra griega SKOTOS, es la misma usada por los LXX para hablar en el libro del Génesis de la oscuridad que cernía al mundo antes de la creación, las tinieblas que gobernaban el universo, gobiernan ahora todo el territorio, todo el mundo (Mc. 15, 33; Lc. 23, 44; Mt. 27, 45).

Si bien Lucas no enmarca el relato entre las tinieblas como lo hace Marcos, es explícito al poner en labios de Jesús, el imperio de oscuridad que gobierna las escenas del juicio de Jesús: “pero esta es vuestra hora y el poder de las tinieblas” (Lc. 22 ,54).

Juan, que conoce muy bien la tradición sinóptica y que hace algunos “ajustes” a su propio relato, no deja de interesarse por el antagonismo entre las tinieblas y Cristo luz del mundo, en el prólogo se menciona de forma implícita el hecho mismo de la Resurrección cuando, aunque gobernaban las tinieblas, no pudieron vencer la luz “y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron.” (Cfr. Jn 1, 5) y finalmente cuando el verdadero juicio recae sobre los hombres que rechazaron la luz “Y el juicio está en que vino la luz al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas” (Jn 3, 19).

Juan, habla del príncipe del mundo, un tema que podría ser abordado en un trabajo más adelante, ya que Cristo en dicho Evangelio es presentado como Rey, la lucha se presenta en Juan, no con unas tinieblas caóticas sino con la figura de un príncipe que es arrojado, mientras Cristo es levantado en la cruz (Jn. 12, 31; 14, 30)

Durante este gobierno de oscuridad, la escena tiene un hálito de Luz en el momento en que Marcos, quien es el que más desarrolla el llamado secreto mesiánico, es decir la petición de Jesús a sus discípulos de no revelar su identidad, es por fin revelado ante sus enemigos en medio de la noche rodeado de los sacerdotes y sus guardias, esa “revelación” mesiánica es la prueba reina que llevaría a Jesús a la muerte, según el relato sinóptico.

Solo hasta el capítulo 15, 1 Marcos menciona que aún seguía de noche, que no había amanecido bien, a diferencia de Lucas que dicha revelación se da durante el día “al hacerse de día se reunieron los sumos sacerdotes” (Lc. 22, 66) para Mateo, aunque no se especifica la hora del acontecimiento, solo se puede deducir que fue en la noche, ya que el capítulo 27 enmarca el comienzo de un nuevo día.

Las tinieblas por tanto hacen parte importante en la mención de los 4 Evangelistas, la Crucifixión se da en un ambiente de oscuridad, un ambiente lúgubre que es acompañado por acontecimientos sobrenaturales. Si bien la muerte puede ser las tinieblas de muchos vivos, la resurrección de Cristo representa la luz total sobre todas las cosas.

 

 

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