Contra todo pronóstico, Bruno encuentra hogar pese a su tamaño
El 80% de los animales de talla grande son despreciados en los centros de adopción
@Marina Martínez
En los lomitos de talla grande, disminuye hasta un 80 por ciento, la probabilidad de ser adoptados, ya que, las condiciones de vida obligan a una gran cantidad de personas a vivir en pequeños espacios o departamentos que imposibilitan mascotas de grandes proporciones.
Bruno es uno de los pocos privilegiados que pudo conseguir un buen hogar, un techo que lo cobija, croquetas diariamente y agua fresca, además de un espacio amplio para jugar.
Bruno es un perrito de talla grande con 60 kilos de peso, fue encontrado de bebé en un montón de basuras y escombro, abandonado a su suerte y al lado de su madre muerta.
Diana lo encontró e hizo click desde el primer momento que lo vio, decidió adoptarlo para ello lo levantó y lo llevó a una veterinaria para darle un buen baño, quitarle las pulgas, y su pequeño cuerpecito fuera revisado.
Bruno no medía ni 20 centímetros y pesaba menos de un kilo, sin embargo, creció de forma exponencial y su peso alcanzó los 60 kilos.
Pese a su edad y tamaño Bruno está enfermo de los nervios, uno de sus mayores miedos, son los cuetes, esos utilizados indiscriminadamente, principalmente por la iglesia católica, qué causan gran afectación ambiental, desde la contaminación de la atmósfera, matan pájaros en pleno vuelo, lastiman los oídos de perros y gatos, atemorizan a niños con síndrome de Down y alteran el descanso de adultos mayores y enfermos.
Bruno odia el estallido de los cuetes, es uno de los temores más grandes en su entorno, incluso tiene que, ser medicado para lograr tranquilizar su miedo, de lo contrario, corre sin cesar, tirando todo lo que encuentra a su paso, causándose daño.
Su pesado cuerpo arrasa con todo, al tiempo que no deja de temblar, con cada estallido incrementa su nerviosismo.
Diana no se imagina, el haber dejado en ese basurero a Bruno, con tantos temores que carga del haber perdido prácticamente la vida por inanición entre basura.
Hoy Bruno, es feliz, gracias a que corrió con la suerte de ser adoptado y querido.
No obstante, según asociaciones protectoras de animales en Michoacán, la posibilidad de que un perro de talla grande sea adoptado, disminuye hasta un 80 por ciento, ya que, las personas en su mayoría buscan razas pequeñas adaptables a cualquier espacio dentro del hogar.