¿Cada cuánto hay que bañar a un perro?
Saber cuándo hay que bañar a un perro es una de las dudas más recurrentes en aquellas personas que viven con un can
@Fonema / Redacción
Algunas personas creen que bañarlo frecuentemente estropea el pelo del animal y lo deja sin defensas. Lo mismo pasa cuando hay que cortarle las uñas y las vacunas, aquí la verdad y recomendaciones de los veterinarios.
Cuando bañamos a un perro le ayudamos a desprenderse de bacterias y suciedad que pueden comprometer la salud del animal y que, además, lo hace menos atractivo a la hora de coger determinadas plagas.
Por eso, se recomienda bañar a los perros cuando se considere necesario. En este aspecto hay que guiarse por el sentido común y por un límite: un perro no debe estar más de tres meses sin baño. A partir de ahí, no hay que apurar hasta ese momento y lavarlo semanalmente, a no ser que sea solo con agua o con toallitas higiénicas específicas.
Junto con el lavado, también es importante el tipo de champú que se le aplica al animal y el cepillado para proteger el pelo. Cepillar al perro ayuda a arrastrar el pelo muerto y a eliminar gran parte de la suciedad que haya quedado impregnada y no haya salido con el lavado.
¿Cada cuánto se baña a un perro según su pelo?
Según la longitud del pelo que tenga el perro, hay distintas pautas de baño. No es lo mismo bañar a un perro de pelo corto que a uno de pelo largo. Estas son las pautas a seguir:
- Los perros con pelo corto deben lavarse cada mes y medio o dos meses.
- Si el pelo es medio, lo ideal es bañarlos cada mes o mes y medio.
- En caso de que el perro tenga el pelo largo, será suficiente un baño cada tres semanas o un mes.
- Todos estos márgenes de tiempo son orientativos, ya que hay que adecuarlos como consideremo
Mitos sobre el baño del perro
El pelo del perro pierde aceites cuando se baña. Es cierto que los perros, igual que las personas, pierden aceites presentes en el pelo cuando los bañamos. Sin embargo, esto no es un hecho problemático ya que la renegación del pelo es alta.
El baño altera el pH del perro. Este mito también es cierto, aunque con una salvedad: esto ocurre hasta cuando se meten en un río o en el mar. No se trata de algo dramático, ya que, en cuestión de tiempo, el pH se vuelve a equilibrar.
El olor del champú hace que otros perros no lo reconozcan. Este mito no tiene nada de científico. El olfato del perro es tan potente que no hay forma de que pueda enturbiar el auténtico olor del animal.